ANTIPÁTICA CUARESMA

La Cuaresma tiene algo de antipático. La Cuaresma nos dice que tenemos que cambiar. Y, con una mano en el corazón, ¿a quién de nosotros nos resulta simpático que nos digan que nos estamos equivocando, aun cuando sea verdad? El fuerte llamado a la conversión de estas semanas de Cuaresma nos recuerda que algo tiene que cambiar en mi. Es imposible que esté haciendo todo bien, o que esté haciendo todo el bien que yo puedo con la ayuda de Dios. ¡Ojalá termináramos la Cuaresma distintos a cómo la empezamos, al menos en algo! ¡Cuánto creceriámos Cuaresma tras Cuaresma si consiguiéramos modificar una cosa, una sola, cada año! En una Catequesis del año 1977 el Papa Pablo VI decía que la conversión es “ cambiar de camino, invertir la dirección, volver hacia atrás ”. Convertirse implica el coraje de admitir que hemos tomado un camino equivocado, un camino que no nos conduce a la meta. ¿Cuál es la meta? ¡La Vida Eterna! ¿Cómo se avanza hacia esa meta? ¡Amando! Amando a Dios sobre todas las c...