KNOCK OUT

Todos conocemos la historia: la muerte de Jesús “noqueó” a sus discípulos, sobre todo a los varones. 

“Noquear” viene de la expresión inglesa “to knock out”. Un “knock out” es un golpe que te deja aturdido y fuera de combate. Es muy probable que en algún momento de nuestras vidas nos hayamos sentido así. Así estaban los discípulos la mañana de la Pascua: en la lona.

Abatidos y sobre todo asustados estaban los mismos que habían jurado con solemne juramento dar la vida por su Maestro. Será por eso que una de las palabras que más resuena tanto en boca de los ángeles como en la del mismo Jesús Resucitado sea: ¡No teman! ¡No tengan miedo! ¡No se dejen vencer por el temor!

Además de los miedos que cada uno de nosotros experimenta personalmente, me parece que hay miedos que amenazan con paralizarnos como sociedad. Todavía no se nos termina de pasar el susto de la pandemia y la inseguridad no nos da tregua. Motivos para estar asustados hay, pero no podemos dejarnos vencer por el miedo.

No se trata de ser temerario. Los antiguos decían que toda virtud se encuentra en un justo medio entre dos extremos. Así la valentía se encuentra entre la cobardía (demasiado miedo) y la temeridad (nada de miedo). La ausencia de miedo es señal de inconsciencia, e inconscientes no somos: somos humanos, y ¡cristianos!

A pesar de todo y sobretodo, Cristo Resucitado nos dice: “¡No teman!”. Tal vez sea este el mensaje que como cristianos debemos transmitir a nuestra sociedad asustada y abatida: “¡No nos dejemos vencer por el miedo!”.

La muerte de Jesús noqueó a sus amigos, pero Jesús los levantó. Jesús Resucitado noqueó a la muerte y la muerte ya no se levantará. No desaparece la muerte mientras dura nuestra peregrinación terrena, pera ya está definitivamente derrotada por nuestro Señor y Maestro.

¡Cristo resucitó! ¡Verdaderamente resucitó el Señor!

¡Felices Pascuas de Resurrección! Dios los bendiga a todos.

P. Marco