CON MARÍA
“Bajo la mirada de María, Madre de la Iglesia” termina el Papa Francisco su carta Desiderio desideravi sobre la Liturgia. La mirada de María es la mejor “norma” para celebrar nuestra fe. Así lo escribe el Papa:
Cuando la primera comunidad parte el pan en obediencia al mandato del Señor, lo hace bajo la mirada de María, que acompaña los primeros pasos de la Iglesia: ‘perseveraban unánimes en la oración, junto con algunas mujeres y María, la madre de Jesús’ (Hch 1,14). La Virgen Madre ‘supervisa’ los gestos de su Hijo encomendados a los Apóstoles. Como ha conservado en su seno al Verbo hecho carne, después de acoger las palabras del ángel Gabriel, la Virgen conserva también ahora en el seno de la Iglesia aquellos gestos que conforman el cuerpo de su Hijo (Desiderio, 58).
Si es cierto que adónde está Jesús está su Madre, y ¡sin duda lo es!, en cada Misa y en cada celebración de nuestra fe estaba presente de manera singular también la Madre de Nuestro Salvador.
Ella nos enseña a escuchar, meditar y guardar en el corazón la Palabra de Dios.
Ella nos enseña a estar firmes junto a la Cruz de su Hijo que se ofrece por nosotros y con nosotros en cada Eucaristía.
Ella nos enseña a estar atentos a las necesidades de nuestro prójimo, sobre todo cuando la alegría y la paz se ven amenazadas.
Ella nos enseña a compartir con decisión y sin demoras el gozo de las obras maravillosas que Dios omnipotente realiza en sus pequeños.
Toda la vida de María es una Misa: es escucha, es alabanza, es ofrecimiento, es caridad, es misericordia, es anuncio.
Nadie mejor que la Madre del Verbo de Dios para introducirnos en los misterios que celebramos, para acompañarnos en cada celebración y para hacer florecer en nuestra vida cotidiana las gracias que Dios desparrama generosamente cada vez que nos reunimos en su nombre.
Que nunca falta María en nuestras Misa y celebraciones.
¡Buen Domingo para todos!
P. Marco
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