EL PRINCIPIO

 


La verdad es cultural. Así piensa mucha gente hoy en día.  Significa que todas las cosas van cambiando con el tiempo, según los usos y costumbre de las personas. Jesús, en muchas cosas, se alejó de la cultura de su época. Fue todo un inadaptado. Por ejemplo, según lo que nos dice el Evangelio de este Domingo Jesús anula la tolerancia que tenía Moisés con respecto al divorcio. Si lo miramos con nuestros ojos “modernos” parecería que Moisés era más tolerante y misericordioso que Jesús. Pero no era así.

Por la “dureza del corazón” Dios toleró muchas cosas en tiempo de Moisés. Pero todo cambia con la venida de Jesús. Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. Jesús, que nos amó y se entregó por nosotros, nos da la gracia de Dios. Esta gracia cambia nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, y nos ayuda a vivir en plenitud lo que Dios quiso para el hombre desde “el principio”. Esta es la más profunda misericordia.

¡Cuántas cosas nos dice Jesús en este Domingo! Muchas de ellas superaron la cultura de su tiempo. Muchas, por no decir todas, contradicen la cultura de nuestro tiempo.

Jesús nos recuerda que es Dios quien crea al ser humano varón o mujer. Jesús nos enseña que esta diferencia entre el varón y la mujer encierra el llamado a unirse en Dios de tal manera que ya no sean dos “sino una sola carne”. Jesús nos dice que una vez que el varón y la mujer se han unido en Dios hay un vínculo nuevo que “el hombre no puede separar”.

Hay algo más. Después de que los fariseos le preguntaran sobre el divorcio le trajeron a Jesús unos niños para que los bendiga. Viendo la actitud de los Apóstoles que no querían que esos niños se acerquen a Él, Jesús enojado exclamó: “¡Dejen que los niños se acerquen a mi!”. ¿Qué diría Jesús si hubiera padres cristianos que no se preocuparan por transmitir la fe a sus hijos? ¿Qué sentirá el corazón de Jesús viendo a tantos y tantas que eligen no tener hijos?

¿Estamos listos para ser inadaptados como Jesús?

¡Buen Domingo, día del Señor!

P. Marco


Domingo XXVII del Tiempo Ordinario Año B

Marcos 10,2-16

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