UN PUEBLO DE MUCHOS PUEBLOS

 

Allá lejos y hace tiempo, en el Antiguo Testamento, el Espíritu Santo habló por boca del profeta Isaías y anunció: “mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos” (Isaías 56,6-7). Con pocas palabras se nos dicen muchas cosas: que Dios tiene una casa; que esa casa es casa de oración; y que esa casa es para todos los pueblos. ¿A qué “casa” se estará refiriendo?

¿Al templo de Jerusalén? Tal vez sí, al menos en parte. De hecho, cuando Jesús expulsó a los vendedores del Templo recordó estas palabras de Isaías diciendo: “¿Acaso no está escrito: ‘Mi casa será llamada Casa de oración para todas las naciones’? Pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones” (Marcos 11,11-25).

Pero también es cierto algo más que Dios nos dice por boca de Isaías: “El cielo es mi trono y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué casa podrán edificarme ustedes y dónde estará el lugar de mi reposo?” (Isaías 66,1). Queda en pie la pregunta: ¿cuál es la casa de Dios?

En el Evangelio Jesús nos responde: “Dónde haya dos o tres reunidos en mi nombre ahí estoy yo” (Mateo 18,20). La casa de Dios es su Pueblo. Y hoy el Pueblo de Dios es la Iglesia Nuevo Israel que, a diferencia del antiguo Israel, es un pueblo de muchos pueblos. En la Iglesia no hay diferencia según la nacionalidad de origen de sus miembros: en ella “ya no hay judío ni griego, porque todos son uno en Cristo Jesús” (Gálatas 3,28) Españoles, italianos, argentinos, paraguayos, bolivianos, venezolanos, chilenos, polacos, portugueses, alemanes, etc etc etc, para todos hay lugar en la casa de Dios. En el Apocalipsis se nos habla de la visión de una multitud inmensa “de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas” (Apocalipsis 7,9).

Por este motivo llaman la atención expresiones como "Iglesia argentina", "iglesia latinoamericana", "iglesia africana", "iglesia matancera", etc... Por supuesto que estas expresiones se pueden entender bien, en el sentido de que se habla de los cristianos que peregrinan en determinada geografía y cultura. Pero no debemos olvidar que la Iglesia es "una" y "católica" es decir "universal". De hecho las iglesias que se han vuelto demasiado "locales" o "nacionales" (anglicanos u ortodoxos, por ejemplo) son aquellas que se han separado del tronco que sembró Jesucristo.

En estos pensamientos tal vez podamos encontrar un hilo a las demás lecturas del Domingo: el salmo invita a que todos los pueblos alaben a Dios, San Pablo judío se hace misionero de los “gentiles” no judíos, y Jesús alaba la fe de una mujer Cananea, ¡una extranjera! Porque en la casa de Dios no hay extranjeros.

¡Buen Domingo para todos!

P. Marco

Comentarios

  1. Que todos seamos una sola iglesia. Amén 🙏😇

    ResponderEliminar
  2. Si dice el versículo de Mateo "Dónde haya dos o tres reunidos en mi nombre ahí estoy yo” (Mateo 18,20)" y siendo la Iglesia (estructura) la casa de Dios, si esas personas de juntasen donde quieran, no en la parroquia, capilla, etc, estarian en la Iglesia?
    La universalidad aplica tambien en las formas? Obvio sin dejar de ser Cristianos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muy buenas preguntas! La Iglesia es ante todo la comunidad de los bautizados, es decir, las personas. Los lugares y las formas están llamados a expresar y fomentar esa universalidad. Los templos son signo de ls Iglesia. Y la Liturgia también es la "casa común" de los fieles. Dentro de la legitima variedad de ritos que pueda haber, siempre sujetos a la autoridad de la Iglesia, nadie debería sentirse extranjero en una celebración litúrgica. Por eso es tan importante la lengua litúrgica común, lo que incluye el latín, como expresión de esta universalidad. Y esto último no significa volver a ritos de otros tiempos, ya que en el rito actual nunca fue abolido el uso del latín y de hecho del Papa lo usa en muchas de sus celebraciones. Muchas gracias! Bendiciones

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

¿AMIGOS?

POBRE JESÚS

NO BABEL